La Piedra de Saywite - Reportaje





Para llegar al destino, se viaja una hora por avión a Cusco y después tres horas vía terrestre antes de llegar a la Ciudad Abancay.

La Piedra de Saywite o Saihuite queda ubicada en el Distrito de Curahuiasi - Abancay, situada a 2700 metros sobre el nivel del Mar, con un Clima Templado.
La piedra de Sayhuite es un gran bloque de granito de más o menos once metros de circunferencia, cuatro de diámetro y casi dos y medio de alto, ornamentado en su mitad superior con una serie de complejas y misteriosas figuras.

La Piedra de Saywite




La piedra de Saywite es un gran bloque de granito de más o menos once metros de circunferencia, cuatro de diámetro y casi dos y medio de alto, ornamentado en su mitad superior con una serie de complejas y misteriosas figuras.

Se encuentra ubicado en el departamento de Apurimac, la provincia de Abancay, distrito de Curahuasi, en el complejo arqueológico del mismo nombre, en la ex hacienda Saywite propiedad de la familia Valer a la altura del kilómetro 45 de la carretera que conduce de Abancay al Cusco y a 3.500 metros sobre el nivel del mar

Debajo de esta estructura lítica hay pozos, canales y graderías que conducen directamente hasta el centro poblado de Concacha, donde se hallan moldes de menores dimensiones con superficies labradas que nos recuerdan las piedras talladas de Kenqo, en Cusco, y Vilcashuamán, en Ayacucho.

Este complejo arqueológico posee dimensiones particulares, que llaman la atención de historiadores y investigadores del mundo. El área en cuestión alcanza los 25 kilómetros cuadrados y forma un triángulo perfecto, que ratifica una vez más la exactitud y perfección que experimentó la arquitectura inca.

Saywite está geográficamente muy cerca de dos importantes ciudadelas: Machu Picchu y Choquequirao, lo cual hace suponer que la zona era considerada por nuestros antepasados un centro ceremonial, donde se habría rendido culto a los apus o cerros.

Aquí también se aprecia la existencia de un ushno o plataforma elevada, descubierta también en otros recintos sagrados en que se practicaban sacrificios a sus deidades.

La Piedra de Saywite






La piedra de Saywite es un gran bloque de granito de más o menos once metros de circunferencia, cuatro de diámetro y casi dos y medio de alto, ornamentado en su mitad superior con una serie de complejas y misteriosas figuras.

Se encuentra ubicado en el la provincia de Abancay, distrito de Curahuasi, en el complejo arqueológico del mismo nombre, en la ex hacienda Saywite propiedad de la familia Valer a la altura del kilómetro 45 de la carretera que conduce de Abancay al Cusco y a 3.500 metros sobre el nivel del mar

Debajo de esta estructura lítica hay pozos, canales y graderías que conducen directamente hasta el centro poblado de Concacha, donde se hallan moldes de menores dimensiones con superficies labradas que nos recuerdan las piedras talladas de Kenqo, en Cusco, y Vilcashuamán, en Ayacucho.

Este complejo arqueológico posee dimensiones particulares, que llaman la atención de historiadores y investigadores del mundo. El área en cuestión alcanza los 25 kilómetros cuadrados y forma un triángulo perfecto, que ratifica una vez más la exactitud y perfección que experimentó la arquitectura inca.

Saywite está geográficamente muy cerca de dos importantes ciudadelas: Machu Picchu y Choquequirao, lo cual hace suponer que la zona era considerada por nuestros antepasados un centro ceremonial, donde se habría rendido culto a los apus o cerros.

Aquí también se aprecia la existencia de un ushno o plataforma elevada, descubierta también en otros recintos sagrados en que se practicaban sacrificios a sus deidades.



Santuario religioso

Cuando nos referimos al monolito de Saywite, hablamos de una estructura pétrea que representa más de 200 figuras talladas en altorrelieve, las que se adaptaron a las sinuosidades naturales de la piedra.

Para algunos estudiosos se trata de una original creación de la mente indígena, que ha dejado esculpidas y perennizadas algunas de sus más notables concepciones religiosas sobree los problemas del agua y de la fertilización de las tierras.
En el bloque de piedra está consignado el medio geográfico: montañas, depresiones, quebradas, flancos verticales, lagunas en las partes encumbradas, ríos y cursos de agua que corren hacia las partes bajas, canales y acequias distribuidos en diversas direcciones, reservorios, estanques, cascadas y otros elementos de distinta índole.



Deidades

Como custodios de estos lugares sagrados están plasmados los felinos. Lo más importante de este monumento arqueológico lo constituyen sus deidades antropomorfas, generalmente dispuestos en “parejas” o dualidad en los puquiales o fuente de agua. Algunos de estos seres mitológicos de mayor tamaño están dispuestos simétricamente, como apuntando a los cuatro puntos cardinales.

Saywite es en conjunto una gigantesca piedra, con complejas composiciones en su morfología, en que el agua de las lluvias empozada eventualmente en los reservorios y pozos, salía al exterior mediante varias decenas de perforaciones de diferentes dimensiones existentes en el borde o circunferencia del bloque de granito sagrado.
Estas obras diseñadas y destinadas simbólicamente al incremento del agua, estaban relacionadas con otros monumentos de la cultura inca, como los Intihuatanas y cámaras subterráneas que tenían especial cuidado con el cómputo del tiempo, sobre todo con la periodicidad de determinados fenómenos naturales que eran favorables a la Mamapacha, es decir, la madre tierra.



Versión de los científicos

Esta obra ha atraído la atención de los estudiosos Julio C. Tello, Squier y Doëring. El primero en su expedición arqueológica de 1942 a Urubamba, hizo un estudio detallado del monumento y levantó un plano preliminar de las figuras contenidas, investigación que resulta inédita y que se guarda celosamente en el archivo de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Igualmente, Luis A. Pardo, ex director del Museo Arqueológico del Cusco, tiene una interesante monografía sobre el particular.